Cuando ocurren hechos tan monstruosos como los que acaecieron anoche en París no puedo evitar sentir rabia y preguntarme "¿por qué?".
¿Cómo hemos permitido que se genere tanto odio hacia occidente?
¿Qué hechos han provocado que los fanáticos hayan puesto su ojo en nuestra población?
¿Desde cuándo?
Desde mi humilde opinión creo que esta barbarie no cesará hasta que el origen del problema esté resuelto; y mientras, la gente corriente de aquí y de allá es la que paga el pato.
¡Es desesperante!
Ojala algún día reine la razón y caigan todos los fanatismos religiosos y económicos.
Mi solidaridad hacia todas las familias que han perdido a sus seres queridos por una guerra de la que no forman parte y no entienden.
Yo hoy soy París.
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